La palabra “domingo” proviene del latín dies dominicus, o “día del Señor”, y fue nombrado así por la tradición cristiana en conmemoración de la resurrección de Jesús y no pudo haber día más adecuado, aunque fuese solo por los azares del destino, para la magistral presentación de la agrupación estadounidense de metal cristiano Stryper en nuestra ciudad de Guadalajara como parte de su gira por su 40 aniversario, la cual tuvo lugar el pasado 13 de julio.
Ubicado al poniente de la ciudad sobre Avenida Patria, C4 Concert House fue el espacio elegido para el concierto que comenzó a las 20:00 horas cuando Battlefront subió al escenario para animar a los asistentes con un sonido poderoso y veloz que hacía recordar al heavy metal de los años ochenta, nada más apropiado para iniciar la velada. Por alrededor de treinta minutos, esta banda mexicana se adueñó del recinto e incluso uno de sus integrantes bajó con el público para tocar desde ahí una de sus canciones; un espectáculo breve, pero suficiente para demostrar que la escena del metal en México sigue viva y cuenta con magníficos exponentes.
Minutos más tarde, justo a la 21:00 horas, Stryper hizo su aparición ante el griterío del respetable luego de que se escucharan las notas de In God We Trust, tema clásico con el que se pudo confiar no solo en Dios, sino en la garantía de una exhibición espectacular desde los primeros instantes. La conexión con el público fue inmediata y en cada canción era reforzada, por lo que Michael Sweet, guitarrista y vocalista, no pudo dejar de agradecerle en cada oportunidad que tenía.
Pese a cambiar un poco su estilo glam de los ochenta por uno más sobrio, pero sin olvidar los tonos en negro y amarillo en los instrumentos y en algunos detalles de la vestimenta, la calidad musical ha permanecido intacta y ya sea a través de clásicos como More Than a Man o Soldiers Under Command, o de temas recientes como No Rest For The Wicked o When We Were Kings, la potencia, ritmo y energía que mostraron en cada interpretación enloqueció a todos los presentes. Cuatro décadas de trayectoria se dice fácil, pero no cualquiera lo consigue y Stryper demostró la razón por la que continúan vigentes.
Luego de poco más de una hora y media de voces extraordinarias y guitarras electrizantes, el concierto finalizó con To Hell With The Devil que fue coreada por todos los asistentes y en la que Sweet dejó incluso que fueran ellos por sí solos quienes la cantaran. Sin duda una noche mágica, divina que todos habrán de recordar. “God bless you” fue la frase de despedida, y si Dios escucha música, sin duda escucha la de Stryper.