
Aunque la pasión que genera Primal Scream no sea multitudinaria en Guadalajara, la conexión que lograron con su público tapatío superó toda expectativa este 29 de octubre.

Primal Scream. Foto por Soy Zali
No todos los miércoles son especiales como lo fue este en que Primal Scream finalmente llegó a Guadalajara con el pretexto de presentar su álbum Come Ahead (2024). Una de esas ocasiones extrañas en que los astros se alinean para disfrutar en nuestra ciudad de un histórico de la música británica.
Más inusual tomando en cuenta que bandas como Primal Scream no tienen la masividad que merecería un proyecto tan influyente. Algo notorio en los asientos ocupados, apenas llenando la platea y luneta del Teatro Diana. Sin embargo, poco importó para sus expectantes seguidores y, como veríamos a continuación, para el propio grupo.

Primal Scream. Foto por Soy Zali
La calidad y actitud de los músicos que tomaron el escenario, no fue mermada en momento alguno. Si algo puede presumir este histórico proyecto es su atinada selección de elementos. Tal es el caso de Andrew Innes en la guitarra y Simone Butler en el bajo. Un total de ocho talentos se encargaron de ejecutar un repertorio con clase. Todas y todos encabezados por la magnética presencia de Bobby Gillespie.
Y es que no hay manera de que tu espíritu suelte el anzuelo que el cantante escocés imprime en cada interpretación. Su voz privilegiada e inigualable, casi intacta después de cuatro décadas de carrera. Bobby bien pudo ser maestro de ceremonias o dominador de leones. Tiene esa capacidad de llevar el pulso de un espectáculo y atraer las miradas entre tal cantidad de talento.


Primal Scream. Foto por Soy Zali
No sorprende que haya logrado transformar la esencia de Primal Scream con cada generación. Es cierto, no es la frenética figura de hace diez o veinte años. Pero esos detalles los compensa de sobre manera con una mayor comprensión del blues y de su interpretación pasional. Tiene sentido que los de Glasgow siempre hayan ido un paso adelante de varias generaciones.

Primal Scream. Foto por Soy Zali
Emulando lo incendiario de The Rolling Stones, a la vanguardia del brit pop y del boom de los sintetizadores durante el cambio de milenio. Todo cobra sentido al atestiguar como Primal Scream entiende plenamente el origen de todo lo que llamamos hoy Rock. Ese género del que siempre se ha priorizado la actitud, encuentra un claro ejemplo en la banda que tomó por asalto el Teatro Diana este miércoles.

Primal Scream. Foto por Soy Zali
Sobra comentar lo emocionante del clímax durante Loaded, Swastika Eyes y Movin’ on Up. Los ecos del clásico Screamadelica (1991) siguen resonando en la música y la cultura actual. No por nada, formar parte de este momento se siente inigualable. Más aún, con ese aire gallardo y libre de antipatías de Bobby Gillespie.
Después de invitar a todo mundo a acercarse más y de cantar como si estuviéramos en 1990, fue el último en abandonar el escenario. Es como si, a pesar de todo el glamour rock, conectar con su público fuera su expresión más personal e íntima hacia el mundo. Ojalá el legado de Primal Scream siga siendo tan digno y apasionado como el concierto de esta noche.

Primal Scream. Foto por Soy Zali
Setlist Primal Scream