El pasado 19 de septiembre, el Cuerda Cultura se pintó de magia con la llegada de Rafa Arreguín, joven músico de Zamora, Michoacán, que anda girando con su tour Aquellas Noches de Delirio.
Aunque la cita marcaba las 7:00 pm, desde temprano los fans ya estaban formados para agarrar buen lugar. A las 8:00 se abrieron las puertas y el público aprovechó para armarse unas chelitas y snacks, mientras el ambiente se iba calentando.
El primero en subirse al escenario fue René Gonz, talento tapatío que prendió motores con sus rolas cargadas de buena vibra. Cortito pero sabroso. Luego llegó Exael Salcedo Garcés, directo desde la CDMX, con un show de solista que mezclaba vibes muy al estilo Zoé y letras filosas sobre el desamor. Entre rola y rola, también se aventó un par de chistes y anécdotas que hicieron la espera más ligera.
Y entonces, llegó el momento: a las 10:00 en punto, las luces se apagaron y el recinto quedó en silencio. De pronto sonó “Nada que te saqué (De mi cabeza)” y la energía explotó. El público se volvió uno solo, gritos, saltos y coros al unísono. Rafa ya estaba en casa.
Con su disco “Reflexiones y Delirios Musicalizados”, el setlist se armó de joyas como “Las mañanas del café”, “Euforia y Ocasión”, “Dorado” y “Veneno”. Pero no todo fue material nuevo: los fans de hueso colorado gozaron con clásicos de antaño como “Sinestesia”. Además, con un invitado especial, Rafa regaló “Monacopsis” y “Fantasma”, temas que tocaron fibras sensibles entre la banda.
El público no lo dejó ir tan fácil. Entre gritos pidieron “Los raros”, himno del disco Sinestesia, y Rafa complació, desatando una de las ovaciones más fuertes de la noche. Y cuando parecía que ya lo habíamos escuchado todo, sorprendió con un cover inesperado: “Procedimientos para llegar a un común acuerdo” de Pxndx, que fue coreado como si fuera suyo.
La cereza del pastel llegó con “San Jorge”, probablemente su rola más querida, con la que cerró una velada intensa y emocionante. Antes de irse, dejó caer la bomba: pronto habrá nuevo disco. Y claro, ya lo estamos esperando.
Si algo quedó claro, es que Rafa Arreguín tiene un público que lo sigue con pasión, que se sabe cada letra y que vive sus canciones como propias. Su show en Guadalajara no fue solo un concierto, fue un viaje compartido. Y sí: ya queremos la próxima.