La oscuridad llora el día de hoy la partida de uno de sus representantes más icónicos: Ozzy Osbourne ha dejado este mundo a los 76 años de edad.
Hace apenas unas semanas, el pasado 5 de julio, el Príncipe de las Tinieblas daba su último concierto junto a Black Sabbath en un evento que marcaría el final de una larga carrera llena de éxitos y en la que el nombre de "Ozzy" se convirtió en sinónimo de extravagancia e irreverencia pero, sobre todo, de heavy metal.
Como si estuviera planeado o pactado con entes más allá del entendimiento humano, Ozzy alcanzó a dar una última presentación en vivo ante el mundo en el estadio Villa Park, casa de su amado Aston Villa, club de fútbol del cual Osbourne era fiel fanático. Y aunque se sabía que era una despedida de los escenarios del príncipe de la oscuridad, ahora da la impresión de que el mismo Ozzy se estaba despidiendo del mundo terrenal y que solo él lo sabía.
Con su salud física venida a menos, pero con el inquebrantable espíritu que lo caracterizó dentro y fuera del escenario, Ozzy apareció sentado en un trono negro con micrófono en mano, tal y como lo esperaríamos del Príncipe de las Tinieblas. Cada verso de las canciones que Black Sabbath interpretó por última vez se sintieron como regresar a los setentas, en pleno inicio de la leyenda que consolidarían.
Por última vez, escuchamos War Pigs, N.I.B., Iron Man y Paranoid, que cerró el breve pero poderoso y emotivo setlist que se preparó para esta fecha.
Black Sabbath, fundada en 1969, fue la banda que cambió el rock y puso los cimientos de lo que habría de convertirse en heavy metal, siendo Ozzy una pieza fundamental en este proceso tanto por su magnífica voz como por su presencia en el escenario, mismas que se mantuvieron a lo largo de su trayectoria como solista.
Una enorme lista sería necesaria para enunciar los temas que Ozzy haría clásicos para el género, pero hay algunos que son imprescindibles y es imposible dejarlos de lado.
Las mencionadas Paranoid, The Wizard, N.I.B. son algunos que Ozzy interpretó con Black Sabbath antes de pasar al terreno solitario en el que dejó un legado compuesto por canciones como Bark at the Moon, Crazy Train y Mr. Crowley, estos últimos en compañía del extraordinario guitarrista, y gran amigo, Randy Rhoads, fallecido en un accidente aéreo en 1982 y con quién seguro estará cantando de nueva cuenta desde el más allá.
Ozzy, en donde quiera que estés, gracias por décadas de música. Y, sobre todo, gracias por despedirte de nosotros antes de dejar este mundo, ahora trasciendes, pero tu legado queda con nosotros. Descansa en Paz.