“Simplemente”, de la argentina Sol Rod, se siente como reencontrarte con un recuerdo inesperado. La canción se mueve con una vibra dosmilera que te hace pensar en atardeceres en la playa. Hay algo en su estilo que se siente como una cruza entre Julieta Venegas con un toque de Yoss Bones.
La producción de Chemi K.O es clara y precisa, fluye con un compás de tres tiempos que invita a moverse despacio y respirar con la canción en lugar de correr detrás de ella. El instrumental tiene su espacio, y la voz de Sol se coloca encima de todo como un hilo que conecta las imágenes y sensaciones de la letra, sin adornarlas más de lo necesario.
Y la letra… la letra se queda. Habla de encuentros y reencuentros, de vueltas que dan los recuerdos y de silencios que pesan más que las palabras. Relata momentos que podrían sentirse propios para cualquiera que haya sentido, que alguien vuelve a aparecer en su vida cuando menos lo espera. Me identificó sin drama: la canción no te lleva a llorar, sino a asentir, a sentir que hay algo de verdad en lo cotidiano, algo que merece ser notado.
Es música pensada para ser escuchada sin prisa, para habitarla y reconocer que a veces las emociones y los recuerdos no necesitan resolverse, solo existir en su propio tiempo. Y como buen simpatizante de la filosofía slow life que soy, eso me pegó: escucharla se siente como tomar aire y dejarlo salir sin prisas.