El pasado 9 de septiembre se reunieron todos los vikingos de Guadalajara para deleitarse con el extraordinario folk nórdico de SKÁLD, el C3 Stage fue la sede de esta ceremonia pagana.
El escenario estaba listo, perfectamente ambientado para el evento, lo que provocaba que, en el recinto, fuera ya palpable la magia que estábamos a punto de experimentar.
El show comenzó con el tradicional kulning de su Intro, el embelesador canto ancestral ejecutado de manera magistral por su vocalista femenina, que de inmediato provocó que la piel se erizara y aún más se engrandeció la emoción con el magnífico sonido de las características percusiones de este género, cuyo poder hacer vibrar hasta la última célula del cuerpo, todo esto sucedía mientras le rendíamos culto al gran Ódinn, acompañados también con el maravilloso sonido de las cuerdas tradicionales. El aroma del sahumerio inundaba el espacio de una energía ritual y mística a la que nadie pudo resistir y por fin nos dejamos enamorar por el encanto escandinavo de las historias legendarias, contadas y expresadas de una manera tan sublime como asombrosa. Escuchamos sobre el Yggdrasil, el árbol de la vida y también de Sleipnir, el mítico caballo de 8 patas que acompaña a Odinn, ovacionando con vitalidad y euforia. Fuimos hipnotizados por el hechizo arcano de la luna y la norna del futuro, Skuld y honramos también a los reyes del mar, navegantes valientes que surcaban el océano resguardado por el Kraken.
Por supuesto, también evocamos con solemnidad el hermoso lugar donde descansan los más valerosos guerreros, con Ó Valhalla, disfrutando del bello coro de las voces masculinas que forman la agrupación. Y solo por mencionar algunas de las magnánimas obras con las que nos complacieron, presenciamos Rún, una pieza que nos cuenta sobre las runas y la importancia de estas, enfatizando el tinte espiritual de estas melodías. La atmósfera etérea se mantuvo intacta durante toda la presentación, destacable es la proyección que tiene esta música y sus ejecutantes, misma que no puede ser de otra manera para la puesta en escena de este tipo arte. Para el cierre, nos regalaron la leyenda de Gleipnir, la atadura irrompible con la que aprisionaron al lobo Fenrir, que será liberado hasta el Ragnarok para cumplir su destino.
Es extraordinaria la manera en que la música ceremonial nos plaga de una maravillosa carga emocional que realmente es tangible, se siente y se comparte entre los asistentes, transportando a tiempos y pasajes antiguos. Fuimos sumergidos en un viaje donde bailamos, celebramos y nos conectamos con el mundo espiritual, casi rozando un estado de consciencia superior, siendo parte del mito como si de nuestra propia vivencia se tratase, consiguiendo sentir la devoción hacia su fe y sus deidades, convirtiéndonos en un verdadero vikingo.