Luego de la celebración de nuestras fiestas patrias, llenas de comida, música y, por supuesto, de cada uno de los “Gritos” que se dan en cada rincón del país, llegó a Guadalajara nada más y nada menos que la banda británica Cradle of Filth para continuarlos y ensordecer con su estilo brutal y lleno de locura a todos sus fanáticos de la ciudad.
Como parte de su gira The Screaming of the Americas, la banda liderada por el polémico Dani Filth hizo su arribo el pasado 17 de septiembre a la perla tapatía para dar un espectáculo cuyo ingrediente principal fue la presentación de varios temas de su más reciente producción, The Screaming of the Valkyries, que acompañaron con otros más de su amplia y reconocida trayectoria.
El recinto elegido fue el Foro Independencia, cuyas puertas se abrieron en punto del as 19:00 horas para permitir el ingreso de aquellos que gustan de ser más que puntuales, muchos de los cuales decidieron darse un tentempié con los choripanes que se vendían al interior para hacer más amena la espera. Una hora más tarde, la banda tapatía BETRAYME subió al escenario para cargar de energía a los asistentes con un death metal poderoso y salvaje que hizo retumbar las paredes del foro a lo largo de 45 minutos que parecieron un santiamén, dejando todo más que listo para la aparición de los británicos.
Todo mundo esperaba con ansias y la desesperación se hizo presente al pasar el tiempo sin que hubiese señales de que el show fuese a comenzar, incluso hubo quien comenzó a especular que quizá pasaría algo similar a lo sucedido en Centroamérica con la cancelación de algunas presentaciones. Programado para las 21:00 horas, finalmente Cradle of Filth hizo su aparición tras media hora de retraso, al parecer por problemas con los micrófonos, y el público explotó eufórico, liberando así toda la tensión acumulada por la incertidumbre.
To Live Deliciously fue el tema de apertura y los primeros gritos de emoción no se hicieron esperar tras escuchar la potente y característica voz de Dani Filth, yendo de los agudos tonos del black metal a los guturales del death metal, su sello distintivo y que ha llevado a la banda a cosechar adeptos a lo largo de su trayectoria de casi 35 años. Prácticamente sin descanso, The Forest Whispers My Name y She is a Fire fueron las siguientes canciones que interpretaron y en las que el público no paró de gritar, brincar y en donde hasta se organizó el slam.
Si bien la banda tocó siempre con energía y violencia, acorde al género al que pertenecen, Dani parecía no estar conforme con la calidad del sonido, pues constantemente hacía señas a su staff con la intención de que corrigieran algunos aspectos de los micrófonos, incluso había ocasiones en las que salía del escenario para dar algunas indicaciones. Pese a esto, y con gran profesionalismo, no hizo mención alguna de esto al público y con pasión y entrega dieron lo máximo para brindar una noche inolvidable a un Foro Independencia que lució repleto.
También de su último álbum, White Hellebore fue el último tema que tocaron antes de salir del escenario. Nueve canciones que dejaron a los asistentes con ganas de más y no tardaron en corear “¡Cradle! ¡Cradle!” buscando que aparecieran una vez más. Y así fue, las plegarias fueron escuchadas y unos minutos más tarde volvieron para interpretar algunos temas más, no sin antes brindar un agradecimiento al público tapatío por su devoción e ímpetu.
Cruelty Brought Thee Orchids, del album clásico Cruelty and the Beast, marcó el inicio del encore y causó de nuevo el estallido del auditorio, tanto que se vio volar algunos vasos en el aire, algunos aún con cerveza, o al menos así parecía, que terminaron por bañar a parte del respetable.
Al final fueron 90 minutos de estruendo, agresividad y salvajismo musical que hicieron más que valer el boleto y que dejaron maravillados, y un tanto ensordecidos, a cada uno de los espectadores que se dieron cita para ser partícipes de una noche llena de metal extremo. Ojalá que no pase mucho tiempo para que esta experiencia pueda repetirse en nuestra ciudad.