Viernes 13 de junio, día de infortunio para unos, día de bonanza para otros según la corriente esotérica a la que se pertenezca, si es que se es parte de alguna, pero más allá de las creencias particulares de cada persona, es indudable que vivimos una noche mágica luego de ser testigos de la presentación magistral de la banda de metal gótico alemana Lacrimosa, quienes regresaron a la ciudad de Guadalajara como parte de su Lament World Tour y así deleitar a sus fanáticos tapatíos con un show que mezcló varios de sus temas clásicos y representativos con aquellos de su más reciente producción discográfica, y que le da nombre a la gira, Lament.
La cita tuvo lugar en C4 Concert House, espacio ubicado al poniente de la ciudad, donde las acciones iniciaron a las 20:00 horas con la subida al escenario de Evercloud, banda mexicana que se encargó de calentar los ánimos de los asistentes con su música potente y melancólica, características propias de un sonido que oscilaba entre el doom metal y el gótico, recordándonos a bandas icónicas del género como Anathema o Draconian.
Una hora más tarde, justo cuando el reloj marcó las nueve de la noche, Tilo Wolff, Anne Nurmi y el resto de Lacrimosa hicieron su aparición ante un recinto que lució abarrotado y cuyo público enardecido inició la algarabía apenas vio a los integrantes en el escenario mientras se escuchaba el tema de apertura de la banda, Lacrimosa Theme. Segundos más tarde, el ambiente explotó con Avalon, primer sencillo de su nuevo álbum y en el que Wolff sorprendió a todos al ser el encargado de la trompeta, probando así, una vez más, sus enormes dotes musicales.
El clásico Der Morgen Danach y Liebe über Leben fueron las siguientes canciones de un recital que prometía y probó ser extraordinario pese al poco tiempo de iniciado: “¡ya valió el boleto!”, exclamó uno de los asistentes con gran emoción. Luego de tres temas vino una breve pausa en la que Tilo Wolff presentó y cedió la batuta de la presentación a Anne Nurmi, cantante y teclista finesa con quien ha hecho mancuerna por 30 años y quien con su voz suave, misteriosa y sensual hipnotizó al auditorio con Dark is this Night y Celebrate The Darkness. Solo se escucharon vítores por parte de un público que no se cansó de corear el nombre de Anne.
La velada fue un magnífico viaje a través de la muy larga trayectoria de Lacrimosa: extensos solos de guitarra en Ich Verlasse heut’ dein herz, poderosos solos de bajo en Rote Sinfonie, la armonía en la voz y el teclado de Anne y la capacidad vocal y multinstrumental de Tilo demostraron el porqué se convirtieron y permanecen como uno de los grandes íconos del género. La noche alcanzó su cúspide cuando llegó el turno de Durch Nacht und Flut, tema cuyo final en español puso a cantar con emoción desbordada a todos los presentes. Sin duda, el idioma no es un impedimento para disfrutar de la buena música, pero que la banda haya decidido crear una melodía en un lenguaje distinto, seguro es un acto de agradecimiento hacia sus seguidores hispanoparlantes por el apoyo mostrado a lo largo del tiempo. En su momento dijeron que era “un regalo al público de habla hispana”, obsequio que ha sido más que bien recibido y justo en ese momento fue más que notorio, fue fascinante observar esa conexión mágica entre Tilo y sus espectadores.
La canción final que interpretaron fue Memoria y por supuesto que no se trató de una casualidad, pues también es el tema de cierre de su álbum Lament. Sin embargo, y como sucede en todo concierto que ocurra en México, el grito de “¡otra, otra!”, seguido de “¡Lacrimosa! ¡Lacrimosa!” no se hizo esperar y el clamor estalló cuando volvieron al escenario para interpretar Lichtgestalt y Punk & Pomerol, este último con un ritmo distinto, al estilo del punk de los setenta y que hizo brincar a los presentes. El propio Wolff mencionó la grata recepción que ha tenido este tema y que no duda que se convertirá en un clásico. Como si se tratase de un dèjá vu, la banda se retiró, los gritos se repitieron y una vez más volvieron Tilo y compañía para un segundo encore, nadie se quería ir. “Parece que están divididos en dos grupos, unos quieren escuchar [Ich bin der brennende] komet y otros Copycat”, todos gritaban entre una y otra como si fuese una competencia hasta que Tilo dio algunas indicaciones y comenzaron con Ich bin der brennende komet. A pesar del cansancio, todos los miembros lucieron fantásticos, como si acabaran de iniciar el concierto, y cuando terminaron siguieron con Copycat, complaciendo así a todo mundo y cerrando de manera espectacular una noche inolvidable e inigualable.
Dos horas que parecieron un abrir y cerrar de ojos luego de una presentación espléndida, llena de emociones, sentimientos y un griterío que dejó afónico a más uno. Ojalá que el tiempo de espera para disfrutar de nueva cuenta a Lacrimosa en nuestra ciudad no sea largo, pues en cada visita dejan una grata y agradable sensación en los oídos de quienes hemos podido ser partícipes de su música. Por lo pronto, el Lament World Tour continuará por el norte de nuestro país para luego volver a la Ciudad de México, donde culminará su gira por México el próximo 29 de junio, así que, si tienes oportunidad de alcanzarlos en alguna otra fecha no dudes en hacerlo, pues cada noche presentan un show ligeramente distinto, pero igual de espectacular.