Estefania Arriaga
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12 Nov
VIAJANDO A UNA NOCHE DE ATENAS PERDIDA EN EL TIEMPO...

El pasado viernes 24 de Octubre, Guadalajara se tiñó de la más melancólica oscuridad, recibiendo el Rooftop del C3 Stage, a una dupla que sin duda ha logrado traer a la superficie nuevamente, la vibra de los clubes underground vintage. Desde Atenas Grecia llegó SELOFAN con su sonido gélido e imagen sacada directamente de la visión ochentera del Sci-Fi, enamorando a los asistentes con su característica teatralidad.

La apertura del show estuvo en demasía cargada de emoción, pues son considerados actualmente como íconos de la escena oscura y eran ya muy esperados por el público. Fue por ello, que en cuanto aparecieron en escena, fueron recibidos entre gritos de euforia y palabras de afecto, que correspondieron con saludos y agradecimientos en español, idioma que confesaron no dominar pero que no fue impedimento para que el cariño hacía su público fuese palpable. De inmediato el rostro tan expresivo de Joanna cautivó a todos los presentes, la cadencia de su baile era hipnotizante, además de que su voz tan única se encargaba de transportarnos suavemente hacía una experiencia totalmente inmersiva, poseyendo simultáneamente todos nuestros sentidos.

Fotografía: Tonatiuh Tello

Nos aventuramos en un viaje en el tiempo, resurgiendo directamente en Grecia, en un rincón en penumbra en la década de los 80s, gracias a grandes obras como Bluebirds.

Disfrutamos también de algunas piezas escritas en alemán, un idioma frecuentemente asociado con la escena oscura, un ejemplo de éstas fue  Nichts.

Fotografía: Tonatiuh Tello

La energía oscura fue en aumento gracias también a Dimitris con sus secuencias, frío sintetizador y su exquisita voz profunda, que conquistó por completo al recinto con canciones tan románticas como vibrantes, interpretando Lucille y Sacrifice Me. Dicho momento fue seguido por maravillosas joyas en griego con sonidos muy propios de esta región, que como era de esperarse, animaron a todos los presentes.  Sin lugar a duda se llegó al peak del disfrute al sonar un gran himno como lo es Billie was a vampire, que fue coreada y por supuesto bailada por todos los que presenciamos éste increíble evento. Llegando al fin a la culminación del performance, nos sumergimos en la melancolía y emociones con matices más grises, con algunos de sus trabajos predilectos como There must be somebody.

Fotografía: Tonatiuh Tello

Su espectáculo es un completo deleite, una imagen impactante, un performance embelesador con actos dramáticos dignos de un personaje, sonidos que crean una atmósfera lúgubre y vocales que se acercan más a lamentos que resuenan en cada espacio de la mente y el corazón, conectando estrechamente y de manera terriblemente emocional a la audiencia con la banda en el escenario. Fue una noche donde pudimos confirmar que SELOFAN tiene muy bien merecido su lugar pues consiguieron revivir la magia de la movida oscura.

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